Ley de víctimas: El abismo entre la norma y la realidad, un año de
pequeños avances y grandes vacíos.
En
homenaje a Angélica Bello (Q.E.P.D) Por enseñarnos el coraje y la persistencia
en la lucha
Campaña
Permanente, Tierra, Vida y Dignidad
Responsable
del informe: Alfonso Castillo. Asesor
Un Contexto
complejo y contradictorio
Ha transcurrido un poco más de un año de
implementación de la ley de víctimas y 18 meses desde la sanción por parte del señor
presidente Juan Manuel Santos, y la verdad sea dicha, los avances en materia de
reparación y restitución son apenas precarios, si se considera la gigantesca
planta de personal vinculada a la Unidad de Restitución y a la Unidad de
Reparación, además de la gran cantidad de publicidad que se emite por diversos
medios de comunicación.
En el periodo en que se implementa la ley de
victimas la característica predominante es el impulso de una agenda legislativa profundamente proclive a favorecer los intereses de los grandes grupos
económicos y el fortalecimiento de las políticas neoliberales que en lo
fundamental favorecen la economía extractivista de los recursos naturales del
país, así mismo, este periodo ha estado dominado por los desarrollos de la
búsqueda de una solución dialogada al conflicto armado, especialmente con el
impulso de los diálogos de la Habana, Cuba, entre el gobierno y la guerrilla de
la FARC EP. Todo esto en medio de una agudización del conflicto y un aumento de
las violaciones a los derechos humanos.
De otro lado han aumentado las movilizaciones sociales de distintos
sectores que están reaccionando a las políticas económicas y las restricciones
a las libertades ciudadanas.
Al valorar los detalles de los “avances” de la
Ley, hay que señalar que en la implementación de la misma persisten problemas
graves que han sido señalados con anterioridad, no sólo por las organizaciones de
víctimas y la Comisión de Seguimiento a la Sentencia T 025/04, sino también,
por el informe elaborado por los órganos de control en el mes de agosto de
2012.
La Campaña Permanente, Tierra, Vida y Dignidad,
continúa con un ejercicio, iniciado el año 2012, al producir y informes de seguimiento a
la implementación de la ley, el propósito del mismo es señalar algunas fallas
que se dan en el proceso implementación y que de persistir en ellos, el Estado
estaría desaprovechando la oportunidad de avanzar en el proceso para reparar y restituir
a las víctimas del conflicto armado interno en Colombia. Este tercer informe recoge
las inquietudes de nuestros afiliados a lo largo y ancho del país, además de
recoger las opiniones expresadas por los representantes de las víctimas en los
espacios transicionales, tanto en el ámbito nacional como en distintas mesas territoriales.
Pequeños
avances
Antes de señalar las fallas que persisten en
la implementación de la ley, es necesario reconocer los avances, que ella misma
implica para el reconocimiento de los derechos de las víctimas del conflicto
armado en Colombia, entre estos avances están el establecimiento de unas rutas,
procedimientos y construcción de criterios y protocolos para acceder a los
derechos, de esta manera ahora el gobierno cuenta con una serie de mecanismos y
procedimientos que permiten con facilidad atender las diversas demandas que las
víctimas tienen a la hora de exigir el restablecimiento de sus derechos. Así el
logro más contundente de este primer periodo de la implementación es el intento
por montar la logística para que la ley avance en los próximos años por el
camino de la reparación y la restitución. Se han establecido oficinas,
vinculado personal y se han iniciado acciones institucionales para poner a
funcionar la ley.
Un año
entre anuncios de prensa y autismo gubernamental
De conjunto se debe señalar que el gobierno ha
“avanzado” como autista en la implementación de la ley y ha desconocido la
experiencia de las víctimas y sus organizaciones que desde hace años han
formulado propuestas y acciones para atender a las víctimas y en muchos casos
hay formulaciones y experiencias que bien podrían servir para avanzar de manera
más efectiva y rápida en la tarea de restablecer los derechos de las víctimas,
pero han primado la arrogancia, el desprecio a las víctimas y la politiquería,
especialmente en las regiones, antes que pensar en lo que realmente necesitan y
quieren las víctimas.
Campaña Permanente, asistido a las
convocatorias hechas por la Unidad de Restitución de Tierras en enero del año
2013, y en la convocatoria realizada por la Unidad de Atención y Reparación, realizada
el día 28 de febrero 2013, para conmemorar un año de resultados, ambos eventos
convocados justamente para señalar los avances en el proceso de implementación, pero ellos no aportaron
información concreta de dichos avances, ni en la reparación, ni en la
restitución a las víctimas, en ambos casos se trató de presentaciones anecdóticas de lo que había
significado para los funcionarios el proceso de implementación de la ley, y
como sucedió en el caso de la convocatoria hecha por la UARIV un evento lleno
de carga simbólica y humanismo, pero que no se atreve a mostrar las
dificultades que se presentan en esta primera fase.
No obstante los desarrollos positivos y el
reconocimiento de que aun el periodo es corto para poder sacar conclusiones,
sobre la eficacia o no de la ley, para reparar y restablecer los derechos a las
víctimas de despojos, es necesario señalar que buena parte de las observaciones
sobre los “avances” en la implementación de la ley de víctimas en su primer
año, tienen que ver más con la falta de voluntad política por parte de los
funcionarios encargados de desarrollarla, que la ausencia de mecanismos para
hacerlo.
Hemos organizado estas observaciones por
grandes temas con el ánimo de facilitar a las víctimas el análisis de la
evolución del proceso de implementación. Entre esas graves fallas de la ley, se
encuentran las siguientes:
No se
ha creado el registro único de víctimas, requisito para acceder a los
“beneficios” que otorga la Ley en mención.
En este aspecto de la ley tiene múltiples
dificultades, al punto que a la fecha no se ha podido conformar el registro
único y aunque hay avances en especial en el acceso a la “consulta” de información
contenida en distintas plataformas y bases de datos existentes como lo son el SIPOD
(Registro de Población Desplazada), en el registro de víctimas inscritas en la
ley 975/05, particularmente las víctimas inscritas a través del decreto 1290 del
año 2008 (Reparación Administrativa), igualmente el registro de las víctimas de
actos terroristas (ley 418/97), y las bases de datos del Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar. ICBF (menores reclutados forzadamente) y la base de datos
de FONDELIBERTAD (personas secuestradas), además del registro que lleva la Vicepresidencia
la República, (víctimas de minas antipersona) y por supuesto la base creada a
partir de las inscripciones hechas en el proceso de la ley 1448/11.
Falta aún acceder a la base de datos de
personas detenidas desaparecidas (Fiscalía) y los registros que lleva el
programa derecho humanos del Ministerio del Interior en el que se encuentran
las bases de datos de las personas vinculadas al programa de protección de
sobrevivientes del genocidio de la UP-PCC,
y de los sectores sociales amenazados como lo son: periodistas, alcaldes, líderes
sociales, concejales, funcionarios, defensores de los derechos humanos,
sindicalistas, mujeres, población desplazada, y líderes y lideresas vinculadas
a los procesos de restitución de tierras.
No obstante, en estos desarrollos cabe
señalar que lo que ordena la ley 1448/11 en el artículo 154, es la creación del
Registro Único de Víctimas, que debería existir un año después de promulgada la
ley, es decir a partir del 10 de junio del 2012, Registro Único que debe ser
administrado y manejado por la Unidad de Atención a las Víctimas UARIV, pero
esto no ha sucedido, entre otras cosas, no por fallas técnicas o tecnológicas,
sino fundamentalmente por la falta de voluntad política de las entidades que
administran las respectivas bases de datos que no están dispuestas a ceder esta
información y ponerla a disposición de un solo ente.
De esta manera, los anuncios de reparación o
mejor de indemnizaciones pagadas durante el año 2012, correspondieron al
ejercicio de ponerse a “paz y salvo” con un inmenso rezago de indemnizaciones
por pagar correspondientes a víctimas inscritas en la ley 418/97, o a través
del decreto de reparación administrativa, y no necesariamente al proceso de
pago de indemnizaciones en el nuevo proceso de la ley de víctimas.
También es necesario reconocer que hay un
importante avance en la valoración de las declaraciones, este ejercicio que en
el pasado tardaba años ahora se está dando rápidamente, a punto que está a
pocos meses de dar respuesta a las víctimas que han solicitado inscripción en
el Registro Único de Víctimas de manera mucho más rápida, inclusive en días,
esta es al menos una esperanza que tienen las organizaciones de víctimas.
Otro problema asociado al tema del registro,
tiene que ver con el tamaño del formulario, pues al tratarse de un
interrogatorio en el que cada víctima debe responder a un cuestionario de entre
13 y 16 páginas, que niega de plano el principio de la buena fe en favor de la
víctima, y de otro lado el tiempo que demanda llenar cada formulario hace que
muchas personas de los municipios pequeños dónde no se cuenta con la logística
para atender a las víctimas, las personerías han optado por establecer un día a
la semana para recepción a las solicitudes de inscripción, y en otros casos
conceder citas que en algunos municipios implican tardar varios meses para
concretar su entrevista y llenar la solicitud de inscripción en el registro,
esto sin tener en consideración que en algunos de estos municipios no podrían
llenarse las solicitudes por carecer del servicio de energía y de internet de
manera permanente.
Hay que señalar que el gobierno hace
esfuerzos en mejorar esta situación, en este sentido reconocer el avance que
significa haber habilitado unidades móviles que van hasta dónde se encuentran
las víctimas lo que favorece la inscripción en zonas apartadas, este tipo de
esfuerzos tendrá que multiplicarse para agilizar el proceso de inscripción en
todo el país.
Atención
En general este
aspecto de la implementación, presenta grandes dificultades en especial por la
desarticulación de las instituciones del SNAIRIV; por esta razón la percepción
de las victimas y sus organizaciones en distintitas partes del país, incluida
Bogotá, es que no hay avances en esta materia, en el primer año de
implementación de la Ley. Señalar, que se sigue concibiendo la atención como la
reparación, lo que sin duda es persistir en una tesis que ha sido rechazada
tanto por la corte constitucional, como por el sistema de Naciones Unidas.
Atención psicosocial
La atención
psicosocial, aún no comienza, estás se brindará una vez se formalice la
socialización del programa de atención psicosocial y salud integral a víctimas,
PAPSIVI, con el cual el gobierno desarrollará este componente de la reparación
y aunque el programa significa un avance por cuanto se reconoce el impacto que
la salud mental ha traído a las víctimas y la necesidad de ver esta como una
integralidad, es decir como parte de la salud física, además de reconocer los
enfoques diferenciales que desde hace muchos años las víctimas han demandado en
este aspecto.
Reconociendo la
importancia de este PAPSIVI, también es necesario señalar algunas fallas que
sin duda impedirán el cumplimiento de los objetivos que él mismo se ha
propuesto:
·
Precaria consulta entre las víctimas, el
protocolo se ha socializado en el espacio transitorio nacional y en 27 talleres
departamentales estando pendiente 6 departamentos, este ejercicio fue más
informativo, dado el desconocimiento que la mayoría de las victimas tiene sobre
este tema.
·
Responsabilidad estatal de reparar. En la
declaración de principios de PAPSIVI se omite de plano el deber estatal de
reparar, lo que en la práctica significa que el Estado sigue sin reconocer su
responsabilidad en la violación a los derechos humanos de las víctimas.
·
El PAPSIVI, depende de un sistema de salud fracasado al dejar descansar la integralidad, del programa en el actual sistema
de salud, que a diario demuestra su rotundo fracaso para garantizar el derecho a
la salud de las y los colombianos, en el que las víctimas padecen las mayores
dificultades. Para que un programa como éste funciones se requiere derogar la
ley 100/93 y crear un sistema de Salud que
asuma la salud como derecho gratuito para todos y todas.
·
El PAPSIVI no es la reparación, el gobierno
insiste en asumir los programas de atención como elementos reparadores, como lo
ha señalado reiteradas veces la Corte Constitucional, es parte de la obligación
cotidiana del Estado, por tanto la atención psicosocial en sí misma no repara,
sino que es un componente de la rehabilitación.
·
Ausencia de indicadores de superación, el PAPSIVI
no contiene una batería de indicadores de superación del daño, es decir a
quienes acceden a la atención psicosocial, no se puede medir el nivel de
superación y poder determinar hasta qué momento se brindará la atención.
·
El desarrollo de PAPSIVI, depende de las disponibilidad presupuestal,
esto quiere decir que no tiene una fuente presupuestal asignada, la permanencia
del mismo está sujeta al vaivén de la disponibilidad presupuestal, lo que en la
práctica es la continuidad de la forma en la que hoy se presta la atención
psicosocial, al personal que presta esta atención se les contrata por unos meses
y después son desvinculados, y las víctima no culminan su ciclo de atención.
·
El PAPSIVI contempla acciones para
la atención individual, familiar y comunitaria, desconociendo la dimensión
colectiva, que hace parte de un entorno en el que se desarrollaban las
víctimas, y que afectó unas poblaciones enteras, organizaciones sociales y
populares.
·
Finalmente señalar que la formación
que se brindan, los agentes encargados del desarrollo del PAPSIVI, no incluye la comprensión de las dinámicas
del conflicto, elemento necesario si se trata de atender integralmente a
las víctimas del mismo.
Las víctimas del crimen del desplazamiento
forzado, son las más afectadas con la implementación de la ley de víctimas, así
lo señala la Corte Constitucional en pronunciamiento del día 19 de marzo del 2013,
“…asisten a un grave retroceso en materia de atención y protección” según este
alto tribunal entre 2012 y 2013, se han producido 150 actos desplazamiento
masivo en 15 departamentos del país, entre los que se incluyen desplazamientos
interurbanos, para estas personas la atención es precaria, falta de
oportunidades, la respuesta estatal a sus necesidades básicas desconoce los
avances y garantías a sus derechos según ha sido señalado por distintas
jurisprudencias, particularmente en lo relativo a la atención integral de las
emergencias.
Sin duda la mejor muestra de la precariedad
con la que la ley atiende a las víctimas del desplazamiento forzado, es la
persistencia del Estado de Cosas Inconstitucionales (ECI) declarado hace ya
nueve años, lo que muestra la negligencia y ausencia de política real de
reparación incluida la ley de víctimas.
Una
resolución perversa
En octubre el 2012, fue emitida por la UARIV,
la resolución 1956, con la cual se fijan los criterios de priorización para la
asignación de los prorrogas de ayuda humanitaria, en esta resolución se
determina como población prioritaria a niños y niñas, adultos mayores,
discapacitados y personas con enfermedades catastróficas, lo que sin duda es un
aspecto positivo, pero la resolución deja por fuera de la priorización a las
mujeres cabeza de hogar lo que va en contravía de la obligación de brindar
atención preferente a las mujeres según lo establece la corte constitucional en
reiteradas ocasiones, hay sentencias y
particularmente en el auto 092 de 2008.
Estabilización socio-económica
La Ley no ha podido resolver el tema de la
estabilización socio-económica de las víctimas, y a la fecha no se presenten
alternativas claras para dar solución a este problema.
Más allá de las expectativas que ha generado
el anuncio de las viviendas gratis no existe la suficiente claridad para
determinar cómo las víctimas accedan a estos beneficios y cuáles son los
criterios de acceso a estas casas.
Igualmente, y lo anotamos como un problema
grave, la insistencia por parte de muchos funcionarios de confundir medidas de
atención y ayuda humanitaria como medidas de reparación, tratando de generar
confusión entre la población víctima.
En detalle los
programas de estabilización socioeconómica que lidera el SENA, hoy consiste en
proporcionar a las victimas información para acceder a líneas de créditos a
través de instituciones bancarias del Estado y en estas se establecen
condiciones de difícil cumplimiento, para acceder a las líneas crediticias.
En materia de
empleo, no existen programas que permitan a las víctimas, acceso a empleo
estable, duradero y digno. La ayuda humanitaria de emergencia está paralizada
en sus adjudicaciones debido a la inexistencia del registro único de victimas
(RUV).
La política de
retorno ha fracasado, por la falta de apoyo económico y asistencia efectiva a
las víctimas, pero sobre todo por la persistencia del conflicto armado, que
para el caso de la restitución y retorno ha visto como surgen ejércitos
antirestitución en cada zona donde se implementa estos procesos, lo que deja en
claro que el paramilitarismo nunca dejó de existir.
En cuanto al
derecho a la vivienda, para las víctimas del conflicto, estas políticas en la
práctica han fracasado por cuanto la cobertura es limitada y quienes accedieron
a los subsidios no han podido materializarlos con viviendas dignas, entre otras
razones porque el costo de vivienda urbana y con los requisitos que exige
gobierno eleva de manera exagera el costo delas viviendas, en la en la práctica
muchas carta cheques se perdieron por haber cumplido las fechas límites para
hacerlas efectivas.
De otro lado el
Gobierno ha concentrado la política de
vivienda para población vulnerable, victimas y damnificados en contravía de lo
exigido por la Corte Constitucional que ha demandado programas particulares
para las víctimas del conflicto. El programa de 100.000 viviendas gratis, las
cuales son absolutamente insuficientes para atender el déficit de 5.000.000 de
viviendas, aún no cuenta con criterios claros y universales para la
adjudicación de las mismas, además este programa está a merced de interese
politiqueros y clientelistas, igualmente en los municipios se dan problemas
estructurales, como la falta suelo urbanizable y la construcción de viviendas
en mano de grandes constructoras que han hecho inasequible el costo
de la vivienda a las víctimas.
La atención en
salud, cada vez se precariza en razón a que la atención a las víctimas se
realiza a través del régimen subsidiado, que al igual que toda el sistema de
seguridad social depende de la ley
100/93 y esta ha mostrado una y mil veces su ineficacia para atender la salud
como derecho. Hoy para las victimas sigue siendo un problema mayúsculo, obtener
una cita atención medica general, y aparte de ello problemas para los
medicamentos, citas con especialistas, y tratamientos especializados.
Protección
Siguen siendo reiteradas las quejas de los
líderes y la lideresas, en relación al problema de la protección, y la
prevención del riesgo, a la fecha del presente informe han sido asesinados por
lo menos dos integrante de la mesa
municipal de victimas, y varios han sido amenazados, otros han tenido que
desplazarse, entretanto la respuesta de la Unidad Nacional de Protección,
siguen siendo lenta y con medidas que no atienden a los requerimientos y las
necesidades de las víctimas. Muchas solicitudes realizadas por las victimas
tardan ente dos y cuatro meses para obtener algún tipo de respuesta por parte
de la UNP.
Divulgación
Persiste el problema de la divulgación de la
ley, las víctimas no conocen sus derechos, la publicidad que se emite sólo da
cuentas de los resultados de manera general, generando gran expectativa, y por
supuesto confusión entre las víctimas.
Sin
participación efectiva
Los problemas más graves se evidencian en el
tema de participación, ésta se sigue desarrollando sin las suficientes
garantías materiales, con bastantes dificultades para el cumplimiento de las
agendas establecidas en coordinación con las mesas de víctimas, y
particularmente, las convocatorias a los escenarios de participación, siguen
teniendo graves problemas en los procedimientos democráticos para la
designación de los integrantes de las mesas, la convocatoria con suficiente
anterioridad a diversas instancias de representación, la designación formal de
representante a varios sub comités técnicos que no se han reunido ni una sola
vez desde que se establecieron, y la claridad para que los representantes
cuenten con las garantías de una deliberación autónoma y decisiva.
La participación de las víctimas ha sido un
tema recurrente durante el primer año de su implementación, primero porque se
incumplió el proceso de inscripción y construcción, de mesas municipal,
departamental y nacional, de
participación de victimas, de que habla el artículo 192 de la ley 1448/11. Posteriormente y para
subsanar carencias del proceso de implementación se instaló el mecanismo
transitorio, este proceso se dio de forma irregular, no en todas partes se
constituyeron mesas, en algunos municipios donde se hizo, no fueron elegidos
democráticamente, fueron los alcaldes y personeros los que integraron de forma
amañada las mesas y donde funcionaron,
estas no contaron nunca con los elementos que garantizara la participación
efectiva, significativa y diferenciada de que habla la Corte Constitucional en
materia de participación. En lugares donde funcionaron las mesas, éstas sólo
fueron consideradas para elegir representantes a distintas instancias que
señala la ley, y en ningún caso las autoridades brindaron las suficientes
garantías materiales para permitir una adecuada participación de las víctimas.
En el caso de la mesa nacional de victimas
espacio transitorio, el proceso se ha dado no sin sobresaltos e
incumplimientos, más allá de este aspecto hay que señalar que en materia de
participación de las víctimas elegidas para representar los distintos
escenarios: los 4 comités y los 10 subcomités, establecidos en
la ley 1448/11, los que fueron
convocados no lo hicieron respondiendo al criterio de convocar previa e
informada a los representantes, pero en la mayoría de los subcomités ni tan
siquiera se han reunido, más aun, algunos de ellos ni siquiera han sido
instalados.
En el caso de la participación en los
territorios, es decir en el ámbito municipal, y aunque el gobierno señala que
han sido conformado los comités territoriales de justicia transicional en casi
todo los municipios del país, es necesario decir que éstos escenarios existen
de manera formal y la participación de las víctimas no obedece a procesos
auténticamente democráticos se llega a estas convocatorias cuando se citan a
las víctimas de manera desinformada, también señalar que en muchos casos estos
representantes fueron escogidos “ dedocráticamente” por los alcaldes y /o
personeros.
Situación igual se presenta con la aprobación
de los planes de acción territorial (PAT), los cuales fueron elaborados sin la
participación de las víctimas, en varios casos las administraciones convocaron
(expertos) y su proceso de aprobación fue de espaldas o engañando a las
víctimas aprovechando su desconocimiento sobre el tema.
Garantías?
Todo este proceso se dio sin que el gobierno
hubiese admitido o tan siquiera elaborado algún mecanismo para superar lo que
fue una demanda constante en los distintos talleres departamentales, en
relación con brindar “apoyo material a la participación y la representación” al
fin y al cabo y como fue señalado en varios talleres por representantes de las
víctimas “La representación también es un trabajo profesional”, en muchos casos
la representación de las víctimas para acompañar el proceso de construcción del
protocolo u otras consultas que eventualmente hace el gobierno, significa para
muchos y muchas invertir entre 3 y 5 días, para participar en dichas
actividades señaladas por la ley y sus decretos reglamentarios, y tras este
trabajo, las víctimas deben regresar a sus hogares sin tan siquiera lo de un
tinto, lo que significa un problema por cuanto para participar, los representantes se deben ausentar de sus
actividades productivas cotidianas, lo que sin duda alguna es un incentivo
negativo a la participación.
Se esperaba que el protocolo definitivo resolviera
esta situación, en talleres regionales y el nacional, hubo sugerencias sobre
este tema pero estas no fueron tenidas en cuenta por quienes participan en el
proceso de construcción del borrador del circular. Igualmente se había solicitado que la UARIV se orientara
por emitir un decreto de protocolo, sin embargo se ha elaborado un borrador de
resolución lo que sin duda quita eficacia a la garantía del derecho a la
participación.
Igualmente se espera que en este segundo año
de implementación de la participación este derecho cuente con todas las
garantías para la participación efectiva, significativa, incluyente y
determinante que las víctimas han exigido.
La
coordinación del sistema o mejor la descoordinación persistente
Otro aspecto en el que la implementación de
la ley tiene dificultades, es la puesta en marcha del Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a Víctimas.
SNARIV: este sencillamente no funciona, tan sólo unas cuantas reuniones
convocadas por el Presidente de la república, pero más allá de ello, en la
práctica cotidiana lo que se constata es la reiteración de algo que ya fue
señalado desde el año 2008, por la corte constitucional, al demandar mayores
esfuerzos del gobierno por garantizar la coordinación del sistema para poner
las instituciones en desarrollo de las ofertas institucionales de manera
coordinada para garantizar de esta manera el principio de la subsidiaridad.
Pero esto sigue siendo una “misión imposible”, porque persiste la actitud de
actuar individualmente en cada una de las instituciones y por consiguiente
duplicar los esfuerzos del estado para garantizar la oferta institucional, lo
que al final termina afectando a las víctimas por la confusión que generan distintas
y simultaneas convocatorias.
Situación igual o más complicada es la articulación
Nación-Territorio, en este aspecto la ley ha dejado en evidencia que se hablan
lenguajes distintos en una especie de babel, una cosa se dice desde Bogotá y
otra cosa se entiende y se ejecuta en los territorios. La mejor prueba de esto
ha sido el trámite que se han inventado funcionarios de la unidad de
restitución en Urabá, para que las víctimas puedan acceder a garantizar su
derecho a la restitución.
Un problema que explica esta falta de
articulación tiene que ver con los recursos económicos que se disponen para que
la ley sea puesta en marcha desde los territorios, la verdad las autoridades
municipales sienten que no llegan los suficientes recursos y que debe disponer
de sus propios recursos presupuestales para implementar la ley, frente a lo
cual estas manifiestan no contar con estos recursos, y donde sí existen tales
condiciones no existe la voluntad política, en todo caso las más perjudicadas
son las víctimas que tienen que asistir a todo este proceso, en el que las
autoridades se “tiran la pelota” de un lado a otro atribuyendo
responsabilidades en una especie de pim-pón que niega a las víctimas poder
acceder con facilidad a los “beneficios” que otorga la ley.
Uno de los problema más grande en este asunto
es justamente el proceso de inscripción de las nuevas víctimas, en buena parte
de los municipios del país, son las personerías las encargadas de brindar la
primera atención a las víctimas que quieren participar del proceso de la ley,
sin embargo éstas no cuentan con las capacidades logísticas y humanas para
brindar adecuadamente esta atención, se conocen situaciones como en el
departamento del Cauca, Norte de Santander y también en Sucre, donde las
víctimas tienen que esperar turnos hasta de 3 a 6 meses para ser atendidos en
el proceso de inscripción.
Otro ejemplo, de esta situación son las
condiciones logísticas de los lugares donde se atiende las solicitudes de las
víctimas, las personerías y los lugares adecuados por las alcaldías no cuentan
con la infraestructura para atender dignamente a las víctimas, en muchos casos
existen barreras de acceso para los discapacitados y en ninguna existen
condiciones para que las mujeres cabeza de hogar sean atendidas, teniendo en
cuenta sus particulares situaciones y desarrollando plenamente la perspectiva
de género, que tanto se ha planteado particularmente por la corte
constitucional en nuestro país
Los
cambios en la atención del dicho al hecho
En el caso de los territorios no han sido
evidentes los cambios, la forma en que se atiende a las víctimas, desde Bogotá por ejemplo existe el compromiso de
sensibilizar a los funcionarios para que sean capaces de incorporar los nuevos
principios y desarrollos establecidos en la ley de víctimas, pero en muchos
municipios están al frente de la atención a las víctimas las personas que
trabajaban en las antiguas UAO, y que fueron muchas veces cuestionados por las
víctimas, precisamente por propiciar actos inadecuados y victimizantes a
quienes solicitaban su orientación y atención, también se nota un crecimiento
de la planta de personal, pero no siempre teniendo en cuenta la experiencia y
la sensibilidad que demanda este tema, este crecimiento de personal sigue
obedeciendo a los intereses de la clase política local.
Otro ejemplo de lo que hoy significa la
atención a las víctimas, es justamente la propia UARIV que a pesar de que se ha
señalado desde hace varios meses que se mejoraran las condiciones para que las
víctimas puedan radicar sus documentos y solicitudes, a la fecha de hoy, en la
ciudad de Bogotá las víctimas deben trasladarse a un lugar de difícil acceso y
ubicación, porque el lugar donde se
radica la correspondencia de la UARIV queda en la carrera 100 No. 24D-55, en el
sector de Fontibón, pudiéndose con facilidad establecer una oficina de
recepción de correspondencia y solicitudes en el edificio de Avianca donde
funciona el nivel directivo de ella, que facilite en todo caso la atención a
las víctimas.
El
caso de Bogotá
En Bogotá, donde el alcalde de la ciudad, a
comprometidos desde su campaña, en su acto de posesión que éste será el tiempo de
las victimas, la atención a las mismas no mejora de manera significativa.
Se han creado los centros DIGNIFICAR, que eran
las antiguas UAO, pero él solo cambio del nombre no es suficiente para que la
atención se dignifique, siguen siendo largos los turnos para la obtención de la
atención, ahora en mejores condiciones, pero igual demora en la misma. En
varios de estos centros DIGNIFICAR no hay presencia e instituciones del
distrito como la secretaria de salud, y tan sólo se atiende en promedio 5 a 7
declaraciones nuevas para incluir en el registro único de víctimas.
En materia de vivienda la administración
distrital ha prometido construir 40.000 soluciones de vivienda de interés
social, pero quince meses después de iniciada la administración del alcalde Petro,
no se conocen los criterios para la adjudicación de las mismas y saber de qué
manera podrán acceder a estas soluciones, las víctimas del conflicto que viven
en la ciudad de Bogotá, igualmente no se conoce el cronograma para la
construcción de estas soluciones.
Igual situación se vive en el desarrollo del
programa de retornos, impulsado por la administración distrital desde hace un
par de años, del cual no se conocen ni cifras de sus desarrollos, ni los indicadores de seguimiento y
satisfacción para las familias que ya lo hicieron.
En General es necesario señalar que la
característica principal de la política de atención a las víctimas en la
capital de la república, es el desconocimiento que las víctimas tienen de los
elementos constitutivos de esta, a lo que se suma la falta de convocatoria para
diseñar, desarrollar y controlar los programas de atención. El distrito desde
la alta consejería para las víctimas, no ha tenido en cuenta a las
organizaciones para el impulso de procesos democráticos de participación
efectiva, significativa y diferenciada.
Política
de restitución de tierras
Durante un año de la política restitución de
tierras puesta en marcha con la ley de víctimas, se ha visto cómo el gobierno
ha volcado toda acción de titulación y adjudicación de tierras, presentándola
como actos de restitución, lo que no es consecuente con la definición
internacional de restitución de bienes despojados, que consiste en devolver a
las víctimas los bienes patrimoniales que le fueron despojados “legal” o
ilegalmente por la acción criminal ejercida por grupos armados en desarrollo
del conflicto.
Esta política se adelanta al tiempo que el
conflicto armado sigue desarrollándose con toda la intensidad en muchas
regiones del país, durante este periodo se han incrementado las acciones de la
insurgencia y la respuesta de la fuerza pública a las mismas se ha intensificado,
lo que ha incluido bombardeos en varias regiones del país, también en estos
meses los grupos paramilitares han dejado conocer su oposición armada la
política restitución impulsada por el actual gobierno, constituyendo ejércitos
anti restitución en todas las regiones donde ejercen control militar e influencia
política.
Igualmente en este periodo han aumentado los
esfuerzos del gobierno por hacer creer al país que son las guerrillas las
mayores responsables del despojo de tierras, lo que sin duda es una
falsificación de la historia, las guerrillas han despojado, esto no se puede
negar, pero sin apoyarse en censos reales no es posible cabalgar sobre esta
hipótesis, sobre todo si se considera que para el caso de las guerrillas lo que
existieron fueron procesos de adjudicación de baldíos desde hace más de 30 años.
En General la política restitución en estos
quince meses muestra cifras muy pobres, se trata de 11.000 hectáreas
restituidas a través de 37 fallos en 6 meses desde que se presentara la primera
demanda ante los jueces de restitución. Estas 11.000 hectáreas fueron adjudicadas
en 6 departamentos y el 80%de ellas corresponden a predios inferiores a 10 hectáreas, lo que permite inferir que el
proceso de continuará a este ritmo, tardará mucho más dé 10 años para restituir
los 1.5 millones de hectáreas que el gobierno ha comprometido para el primer
año de implementación de la Ley.
A la fecha la unidad restitución de tierras ha
recepcionado cerca de 35.000 solicitudes
de restitución, de éstas hay 5.720 solicitudes haciendo trámite para completar
los requisitos y aproximadamente 1.300 pendiente del fallo por parte de los
jueces. Se han declarado 70 zonas de micro focalización. Hay nombrados 27
jueces y quince magistrados. Y el anuncio de que otros quince iniciarán labores
próximamente.
En el tema de oficinas, han sido establecidas
quince en 13 departamentos, falta que se acelere el proceso de apertura de
estas, al menos en departamentos como, Choco, Casanare, Boyacá, Caquetá, Cauca,
Huila, Caldas y Atlántico, donde se han dado eventos graves de despojo.
Transcurridos quince meses de esta política,
el gobierno ha establecido la logística necesaria para que las víctimas inicien
la ruta de restitución, esta ruta tienen a nuestro juicio tres dificultades: a)
toda reclamación debe surtir todo el proceso administrativo (seis meses según
compromiso del gobierno) y judicial (4 meses a establecidos en la ley) lo que
se supone un tiempo largo y un desgaste para el Estado, sí se consideran
predios que no presenten ningún tipo de conflicto, u otras reclamaciones sobre el mismo, frente a lo cual
se debería implementar una línea administrativa de restitución de manera
inmediata, b) otro problema es que todo el proceso de restitución depende de la
declaratoria de zonas de macro y micro focalización y estas son emitidas a
partir de un concepto dado por el ministerio de la defensa quién es quién
determina que el predio este libre de amenazas de grupos armados ilegales. c)
igualmente surge como amenaza los trámites adicionales que los funcionarios se
van inventando para exigir a las víctimas requisitos como la Georeferenciación
del predio u otros trámites, como lo sucedido recientemente en la oficina de
restitución de tierras de Uraba.
Las
víctimas de este proceso
En estos quince meses de implementación han
continuado la persecución y amenazas, se ha incrementado en riesgo a líderes,
lideresas, organizaciones y comunidades vinculadas a procesos de reparación y
restitución de tierras. En este periodo han sido asesinado Miller Angulo, miembro de la mesa departamental de Nariño, el
día 2 de diciembre 2012 en el municipio de Tumaco Nariño, igualmente fue
desaparecido y asesinado posteriormente, Ermes Enrique Vidal miembro de la mesa
municipal de victimas del municipio Valencia en el departamento de Córdoba, cuyo
cuerpo apareció sin vida el día 24 de marzo de 2003 en tierra alta Córdoba.
Igualmente han recibido amenazas contra su
vida integrantes de las mesas departamentales, en especial en el Norte de
Santander, Atlántico, Eje Cafetero, Valle, Bogotá, Guajira, Caquetá, Meta, Cesar,
Arauca, Bolívar, Amazonas, de las cuales no existe hasta el día de hoy ningún
tipo de pronunciamiento de las autoridades respectivas, en el sentido de poder
determinar quiénes son los verdaderos responsables de dichas amenazas, frente a
este tema existe total impunidad de decenas y decenas de denuncias presentadas
por líderes, lideresas y organizaciones, a la fiscalía General de la nación.
Igualmente es necesario brinda reconocimiento
a nuestra compañera y amiga Angelica Bello quien muriera suicidada en su casa
en extrañas circunstancias que hoy son objeto de investigación, la muerte de
por suicidio de Angelica, deja en evidencia el fracaso de los programas de
ayuda psicosocial que actualmente ofrecen el Estado.
Son cerca de 50 líderes y lideresas vinculados a procesos de
restitución, reparación y defensa de los derechos humanos asesinados en estos
quince meses. Un alto porcentaje para un proceso que el gobierno insiste en
presentarlo como el restablecimiento de derechos a las víctimas y el camino
hacia la paz.
Refugiados
Tanto la Ley como su proceso de implementación
siguen desconociendo los derechos de las víctimas que se encuentran fuera del
país aunque se anuncia una línea para garantizar que estas participen en el
proceso y puedan acceder de manera efectiva a la restitución de todos sus derechos, está aún no se conoce y
los Colombianos y Colombianas refugiados y exiliados siguen siendo
desconocidos.
Enfoques
diferenciados
Aunque se han hecho esfuerzos importantes por
garantizar en el papel los derechos de comunidades afro, indígenas, ROM,
discapacitados, niños y niñas, mujeres, la materialización de estos no avanza
de manera significativa, los procesos de consulta con estas comunidades han
sido precarios y en muchos casos han generado fracturas en los procesos organizativos,
como es el caso de las comunidades afro descendientes, la implementación de los
enfoque diferenciales choca con la falta de recursos humanos y financieros que
los hagan posible, además de una falta de comprensión de estos temas por pate
de los funcionarios encargados de su desarrollo.
Unas
propuestas
Conviene que el gobierno nacional piense dos
reformas urgentes en la Ley.
Primera, es necesario reformar el estatus de
la unidad de victimas, porque resulta poco efectivo que una Unidad de Victimas que
depende administrativamente de la oficina de la presidencia, sea la encargada
de realizar toda la coordinación del sistema nacional de atención integral de
reparación de víctimas, dada la estructura del Estado Colombiano, es necesario
que la entidad que asuma este rol tenga un estatus de ministerio o al menos de vice
ministerio, de manera que se pueda garantizar que la convocatoria a distintas
entidades del Estado sea atendida de manera diligente y no como sucede hoy con
displicencia o sin prestarle ningún tipo de atención.
Otra reforma tiene que ver con la necesidad
de introducir cambios que permitan el fortalecimiento financiero de las personerías
municipales, para ampliar y mejorar las condiciones de funcionamiento esto
incluye la necesidad de articular las
personerías de mejor manera al ministerio público.
Continuar
la organización y la movilización por los derechos de las víctimas
Campaña Permanente, Tierra, Vida y Dignidad exhorta
al conjunto de organizaciones de víctimas, líderes y lideresas, a las
organizaciones defensoras de los derechos humanos a continuar fortaleciendo los
procesos organizativos, que permitan a las víctimas del conflicto armado en
Colombia mejorar los procesos de seguimiento a la implementación de la ley, al
mismo tiempo que fortalezcan y mejoren las condiciones para desarrollar
procesos de movilización, elaboración política, articulación y exigibilidad de
los derechos vulnerados.
Es necesario entonces, considerar la fecha
del 10 de junio del 2013, cuando se completan dos años de sanción por parte el
Sr. Presidente Juan Manuel Santos, de la ley de víctimas y restitución de
tierras y preparar una gigantesca movilización de las víctimas en Colombia para
mostrar al gobierno la inconformidad, que las víctimas en Colombia tenemos frente
a esta precaria ley de reparación y restitución.
Igualmente es necesario articular el tema de
los derechos de las víctimas, al proceso de discusión que actualmente se
adelanta de la Habana para que el tema de la agenda, que aborda los derechos de
las víctimas se trabaje a partir de una
real participación de las víctimas y sus organizaciones, en este sentido la
jornada de movilización del día 9 de abril en favor de la paz y por la dignidad
de las víctimas del conflicto es una tarea de primer orden.
Igualmente las jornadas de discusión que
sobre este tema iniciaran próximamente las comisiones de derechos humanos del
senado en distintas regiones del país deben ser asumidas por las organizaciones
de víctimas, como la oportunidad para posicionar las propuestas de las víctimas
y visibilizar toda la problemática.
También es necesario que las organizaciones
articulen sus reivindicaciones con otras acciones populares que se promueven
como el congreso de los pueblos, las constituyentes impulsadas por marcha patriótica,
o la movilización del 1° de mayo impulsada por las centrales obreras.
No menos importante es el impulso de acciones
políticas que demuestren la capacidad organizativa y de movilización de las
víctimas, a la hora de exigibilidad de derechos.
Campaña permanente tierra vida y dignidad
2 de Abrir 2013.
Informe elaborado por: Alfonso Castillo.
Asesor
algo inportante que no ha sido tomado en cuenta ha sido la no adactacion de la ley 1448 y su decreto reglamentario 4800en los planes de desarrollos teritoriales el poco presupuesto aprobados por los consejos municipales para implemementacion d la misma y la falta de voluntad politica de los mandatarios de turno que hacen caso omiso al llamado de las organizacionas y representantes de las mesas y comites de justicia trancicional en la participacion de la misma
ResponderEliminar