…Es necesario que dispongamos nuestros ejercicios organizativos
para construir la ciudad de la paz que soñamos y
luchamos…
Alfonso Castillo
Defensor de derechos humanos
Afiliado Unión
Patriótica
El desafío de
la UP en la actual coyuntura y su proyección electoral tiene mucho que ver con
la política de alianzas, la selección de candidatos y candidatas y la
elaboración de un programa político que logre asociar la potencialidad que tiene momento político en la construcción de la
paz, justicia y democracia, con los problemas concretos de las comunidades, vs la profundización de la aplicación del modelo
económico neoliberal, que recorta derechos, aumenta el desempleo y desmejora la
calidad de vida de los ciudadanos tal como sucede hoy en la ciudad de Bogotá.
Por esta razón
la Unión Patriótica debe definir con prontitud las líneas generales para la
construcción de un programa de lucha, el cual debe recoger con rapidez, pero en profundidad las necesidades más sentidas
de la ciudadanía en la que justamente se concreta la necesidad de mostrar
un modelo de edificación de la paz. Esto es de suma importancia dado el papel
de ejemplo que la ciudad tiene para el resto del país, al mismo tiempo que
tiene hoy un gobierno no favorable a esa construcción con justicia social que
la ciudad espera. Por el contrario el alcalde
en medio de la mayor impopularidad, sigue impulsando una política de
desmonte de programas sociales, atentados contra el medio ambiente y un aumento
de la inseguridad ciudadana, así como una continua vulneración a los derechos
humanos de los y las Bogotanas, cuando ellos y ellas se expresan en la calles
exigiendo garantía a sus derechos.
Nuestra labor
como miembros de la Unión Patriótica es abrir el debate sobre la ciudad que se
necesita para que la paz sea posible, desde
y con el ciudadano, para lo cual se requiere que cada afiliado, articule y
estimule el dialogo con la gente desde el barrio, la calle, el trabajo el
parque, los sectores sociales, el trasporte público, a fin de promover la
presentación de propuestas, al tiempo que se promueve la organización y la
movilización ciudadana exigiendo cumplimiento o a sus requerimientos más
sentidos.
Para quienes
se preguntan qué es lo que vamos a hacer, es necesario tener en cuenta que la
opción más viable, de no lograr una coalición de organizaciones y partidos, es inscribir candidatos y candidatas con el
aval de la Unión Patriótica, por ello y en todo caso, nuestra tarea hoy es
consolidar las propuestas y candidaturas nuestras, que ayuden a ser
posicionados para la eventual coalición o para nuestra propia campaña.
En el
propósito de recuperar para la Unión
Patriótica una curul en la cámara de representantes debemos iniciar desde
ya el trabajo para animar a demócratas, simpatizantes y afiliados, así como la
conquista de inmensa franja de ciudadanía abstencionista para que respalden
nuestras propuestas y candidatos, en una lista lo más amplia posible del
espectro político social, sindical y territorial. Para este propósito no
partimos de cero, las elecciones del 2014 al concejo de Bogotá, nos aproximaron
a la curul al concejo, logrando el
respaldo con no menos de 40.000 votos para la Unión Patriótica y sus candidatos
y candidatas, está simpatías hoy debemos buscar organizarlas y movilizar
para ampliar nuestra base electoral y lograr el objetivo que nos proponemos en
el presente periodo.
Desde ahora
mismo, y mientras en la coordinadora de la Unión Patriótica, se toman las
decisiones democráticas para la política de alianzas y se desiden las
candidaturas, todos los afiliados debemos avanzar en la elaboración de una
plataforma que será la que impulsen nuestros candidatos y candidatas.
En este
sentido se presenta en este documento un punteo de algunos elementos que deben contener
ese programa de ciudad democrática que queremos para que la paz sea desde y con el ciudadano.
Una ciudad para la construcción de la paz.
La ciudad de
Bogotá por su condición de capital de la república y también por la tradición
desarrollada en recientes años de tener un fuerte compromiso con lo social y el
desarrollo democrático, tiene ahora la responsabilidad desde sus habitantes y
fuerzas vivas, de desarrollar un modelo
de veeduría, implementación y construcción de la paz al servicio de los
derechos de los ciudadanos y las ciudadanas, particularmente interesante de
este tema del proceso de implementación es lograr que la ciudad de Bogotá se
convierta en un ejemplo de participación democrática, con garantías plenas en
el diseño de políticas públicas que permitan a partir de considerar las
propuestas de la ciudadanía, resolver graves, históricos y crecientes problemas
que tiene la ciudad, igualmente se requiere, apropiación de cada uno de los
puntos del acuerdo, desarrollar políticas y programas que den desarrollo a esa
potencialidad que se contienen en este pacto por la paz. Nuestros parlamentarios
se convertirán en promotores de una amplia y permanente movilización ciudadana
en favor de este propósito nacional.
Por un modelo democrático incluyente y en favor de
los y las ciudadanas
La ciudad
tiene que abocarse a la construcción de un programa social y económico, que de
pleno respaldo una política social incluyente, que ordene el territorio a
partir de las necesidades de sus habitantes, considerando la protección del
principal potencial que tiene la ciudad como lo es el agua, diseñar políticas y
programas que se permitan resolver de manera concreta el problema del empleo,
el acceso a un trabajo digno y bien remunerado y las garantías para protección
de la estabilidad del mismo. Para lo cual, un compromiso de nuestros
parlamentarios habrá de ser, jugar ese rol de control político que los parlamentarios
tienen, convocando desde la bancada democrática y territorio una acción permanente
hacia las políticas púbicas del Distrito Capital.
Igualmente el
programa que aspiramos construir debe plantearse la discusión sobre la
infraestructura que la ciudad requiere para resolver algunos e históricos
problemas cómo el trasporte público masivo, lo cual supone abrir un amplio
debate sobre la construcción del tipo de metro que se requiere, al igual que el
diseño de un planteamiento sobre sistema integrado de transporte público, que
aún no se resuelve porque se ha pensado en favorece los intereses particulares
y no en el diseño a partir de los intereses de la ciudadanía de la construcción
de una empresa metropolitana de trasporte público, que resuelva las necesidades
de movilidad que tienen los ciudadanos. Igualmente es necesario abocar una
discusión sobre el servicio de Transmilenio el cual hoy está absolutamente
colapsado y los empresarios que lo administran no tienen la audacia para
resolver los graves problemas que por una ineficaz administración y pensando
solamente en sus intereses económicos, permiten que este medio de transporte se
haya Convertido en una alternativa tortuosa para los ciudadanos. No menos
importante es abrir el debate sobre la seguridad ciudadana, son altísimos y
creciente los índices de delincuencia y criminalidad en la ciudad, que es solo
ha optado por soluciones policiacas, dejando en manos de un arbitrario código
de polución la resolución de problemas que deberían interpretarse y enfrentarse
desde perspectivas sociales y comunitarias, la bancada de la unión patriótica
en el congreso, deberá entonces abrir un debate público ciudadano sobre el
problema de la inseguridad, las causas, la construcción de alternativas que permitan
a la ciudadanía, asumir mayores compromisos ciudadanos para enfrentar la
criminalidad, que crece y se desarrolla gracias al mal ejemplo de nuestros
gobernantes.
Descomposición política del régimen gobernante
El programa de
la Unión Patriótica debe discutir cuál es el comportamiento ético de los
gobernantes y dirigentes políticos, en ese sentido nuestro programa levanta la
bandera de la lucha contra la corrupción
y los corruptos, promoviendo el impulso de prácticas políticas que excluyan
del ejercicio de la administración de lo público a quienes estén involucrados
en cualquier grado en ejercicios de corrupción y asalto los recursos públicos,
nuestros parlamentarios, de eran mantener una actitud de denuncia permanente
sobre prácticas clientelistas, politiqueras y chanchulleras al interior de los
ejercicios de gobierno en la administración pública de Bogotá.
Igualmente el
programa deberá ocuparse de atender los requerimientos de los ciudadanos en
materia de protección, desmonte de los grupos criminales, que operan en la
ciudad, y por el fortalecimiento de una fuerza pública policial que le devuelva
a la ciudadanía la confianza en institución, para lo cual será necesario que en
un dialogo con la Policía Nacional y se establezcan medidas concretas que
permitan la depuración de esa institución, retirando de ella a los elementos
comprometidos en actos delictivos, abuso de autoridad y agresiones y
vulneraciones a los derechos humanos de los y las ciudadanas.
Reconociendo los problemas concretos de los sectores
sociales
Nuestro
programa político debe incluir la reivindicaciones más sentidas de la
ciudadanía, en todo caso siempre aclarando que una campaña a la cámara de
representantes no tiene posibilidades de atender las múltiples inquietudes de los
ciudadanos, por eso y en este sentido las propuestas que se presentan en el
programa deben partir de la explicación a la ciudadanía que la función del
representante a la cámara como senador de la república es hacer llamados de
control político a los funcionarios, encargado del desarrollo de políticas y
programas que resuelva la problemática de las comunidades.
La tarea es
entonces muy clara, profundizar el acercamiento de nuestros activistas,
dirigentes y candidatos, con los procesos comunitarios, las organizaciones
sociales y políticas que hacen presencia en los territorios, y un esfuerzo no
menos importante que permita concretar las inconformidades ciudadanas en
procesos organizativos y de movilización por exigencia a los derechos hoy
vulnerados por la actual administración.
Bogotá, 20 de
septiembre 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario
POR FAVOR ENVIAME TUS COMENTARIOS