COLOMBIA: EN DISPUTA
IDEOLOGICA Y POLITICA POR EL PROYECTO DEMOCRATIZADOR
Por: Alfonso
Castillo
Miembro del Comité
Central del Partido Comunista Colombiano
Historiador y defensor
de los Derechos Humanos
América latina
una nueva época
La lucha de
la izquierda latinoamericana se caracteriza hoy, por lo que pudiera denominarse
el enfrentamiento de dos proyectos políticos, de un lado una propuesta
democrática, que se opone a las dictados de la política norteamericana, rechaza
el neoliberalismo y la busca gobiernos más autónomos, que promueven proyectos
sociales. Contra un proyecto conservador proclive al Gobierno Norteamericano, que
intenta consolidar lo que se denomina la alianza del pacífico, integrado por
México, Colombia, Perú y Chile, y Panamá, México y costa rica en Centro América.
El proyecto
del que participan distintos sectores democráticos, revolucionarios y de
izquierda en América latina, ha logrado en los últimos diez años consolidar
importantes experiencias de gobierno, entre los que se destacan, Venezuela,
Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y por supuesto el
gobierno socialista de Cuba. La característica más importante de este nuevo
proceso que vive América latina es la independencia respecto a las
orientaciones del gobierno norteamericano, particularmente esto se evidencia
cuando se constata que al menos ha disminuido la presencia de bases militares
norteamericanas en esos países, igualmente estos gobiernos se han planteado en
ruptura con el modelo Neoliberal de desarrollo económico, y han planteado
alternativas que en muchos sentidos favorecen los intereses de los sectores más
desfavorecidos, de alguna manera se puede señalar que con la irrupción de estos
gobiernos América latina y particularmente Suramérica vive en un proceso de
recambio, que aunque es muy temprano pensar que se trata de una ruptura con el
proyecto capitalista, si es claro que se plantea contrario a los intereses
norteamericanos, de ello es el intento de integración de los países de América
del sur en nuevos proyectos como el ALBA y aun MERCOSUR, con los cuales
definitivamente se marca una diferencia a lo que era el tipo relacionamiento
entre los países sudamericanos entre sí y la dependencia permanente que se
tenía con el gobierno Norteamericano.
De otro
lado cabe señalar, que estos procesos de recambio social en buena parte de los
países sudamericanos, han sido acompañados de fuertes procesos de movilización
social, en la que distintos sectores: Trabajadores, pobladores, desempleados,
indígenas, mujeres, sobrevivientes de las dictaduras y los conflictos, campesinos,
estudiantes y capas medias de la población han empujado y obligado a las clases
dominantes tradicionales a permitir la irrupción de nuevas propuestas de
gobierno y proyectos políticos para cada uno de estos países
Es en este contexto que los Comunistas Colombianos, hemos definido en
el XXI congreso realizado en el año 2012, nuestro compromiso en la lucha por la
construcción del socialismo, afirmando que “El capitalismo continúa mostrando a
escala planetaria sus límites sistémicos y civilizatorios, así como su
incapacidad para ofrecer una alternativa digna a la existencia humana. La
persistente crisis económica y financiera mundial, se acompaña de la
profundización de las tendencias a la crisis alimentaria, energética, socio
ambiental y cultural. Con miras a garantizar su régimen de dominación y
explotación, este sistema continúa desplegando a escala planetaria su acción
depredadora y destructora a través de un proyecto político-económico de
mercantilización extrema de la naturaleza, de la vida y del trabajo humano. En
consideración a ello, el anticapitalismo, el socialismo y el comunismo, no sólo
poseen plena vigencia, sino que han devenido en necesidad histórica. La crisis
y sus impactos han exacerbado la lucha de clases, llevándola a niveles no
vistos en las décadas anteriores. Como resultado de ello, se ha asistido a un
auge de la movilización social y popular contra el gran capital y sus
políticas”[1]
Lucha política por la paz, la justicia social y
la democratización en Colombia
Es en este
contexto como debe leerse la situación política de Colombia, como se ha
señalado los gobiernos colombianos, incluido el actual siguen siendo pieza
clave para el desarrollo de la política hegemónica del gobierno norteamericano
en el continente sudamericano, Colombia, es el escenario geopolíticamente
estratégico para los intereses norteamericanos de dominación de la región, y a
ello el gobierno le ha hecho todo tipo de concesiones, como recientemente lo ha
hecho al propiciar situaciones de alteración de las relaciones bilaterales de
países Hermanos, particularmente con Ecuador y con Venezuela, y más recientemente
como viene sucediendo con Nicaragua al intentar exacerbar las relaciones a
propósito del fallo de la corte internacional de la haya en relación con los
diferendos limítrofes en el mar Caribe.
La política
impulsada por los últimos gobiernos en Colombia, ha sido promovida, financiada
y respaldada políticamente por el gobierno norteamericano, en el sentido de
profundizar una guerra interna, que inicialmente se disfrazó de lucha contra el
narcotráfico, posteriormente de lucha contra el terrorismo, pero que realmente,
trata de alentar una actitud beligerante al interior del país, de la cual se
benefician múltiples intereses económicos asociados, a la apropiación ilegal de
las tierras, en las que se entrañan enormes yacimientos minero energéticos,
igualmente sectores políticos vinculados al narcotráfico, el paramilitarismo y
la entrega de los recursos naturales a intereses trasnacionales.
De esta
situación se ha generado, una aguda y continua violación de los derechos
humanos, que ha provocado en los últimos 20 años que más del 10 % de la
población se encuentren condición de desplazamiento forzado, igualmente se haya
promovido el exterminio de fuerzas políticas opositoras, la práctica de la
desaparición forzada, masacres, tortura, la violencia sexual, el reclutamiento
forzado de menores, situaciones éstas en las que han estado implicados grupos
paramilitares, narcotraficantes, militares, políticos asociados a los partidos
tradicionales y también grupos armados de oposición pertenecientes a las
guerrillas de izquierda, particularmente las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia, FARC-EP, y el Ejército de Liberación Nacional. ELN.
Frente a esta realidad el XXI
congreso del PCC definió la política de “UNIR TODAS LAS VOCES Y TODAS LAS
REBELDÍAS POR LA PAZ, LA DEMOCRACIA Y LA SOBERANÍA”, es en el marco de esa
batalla política e ideológica, en el que los Comunistas Colombianos, enfrentamos
un régimen político, puesto al servicio de los intereses de la política
norteamericana, que desarrollar una agresiva entrega de los recursos naturales
para la explotación de empresas transnacionales, especialmente dedicadas al
saqueo de los recursos naturales, para lo cual el actual gobierno ha dispuesto
el impulso de la locomotora minero energética, legislando y favoreciendo
políticamente la depredación del medio ambiente y el mantenimiento de una
política que es violatoria de los derechos humanos en los territorios donde se
encuentran los yacimientos de petróleo, gas natural, oro, coltan, así como
también de los recursos hídricos y la biodiversidad.
Esta situación que se ha mantenido en por lo menos los últimos 20
años, se ha dado en medio de una agudización de un conflicto armado interno que
ya existía, pero que con la implementación de esta política neoliberal, y la
existencia del narcotráfico, ha favorecido la creación de ejércitos
paramilitares que han actuado con plena
complacencia del estado colombiano, los cuales desataron feroz persecución
contra las comunidades campesinas ubicadas justamente en los territorios donde
se encontraba al está riquezas naturales.
El resultado de esta política, que no es otra cosa que el desarrollo
de la política norteamericana de guerra de baja intensidad, desde la cual se
promueve la creación de grupos paramilitares para sofocar lo que la doctrina de
la seguridad interna denomina “quitar el agua al pez”, en clara alusión a
sofocar o debilitar lo que eventualmente pudieran ser las bases de las
guerrillas, que en el caso colombiano tienen una connotación revolucionaria.
En el actual periodo los comunistas colombianos abogamos como por la
solución política negociada al conflicto social y armado que vive el país desde
hace seis décadas, para ello nos hemos propuesto trabajar por forjar la unidad,
como elemento indispensable para avanzar en la derrota del autoritarismo, la
impunidad y la ausencia de soberanía, en ese sentido el Pleno del Comité
Central del Partido Comunista Colombiano, reunido en el mes de mayo del
presente año definió: “El centro de nuestra propuesta es concretar
la unidad de las fuerzas comprometidas con un proyecto de paz con profundas transformaciones
sociales y democráticas para Colombia en un Frente amplio que destaque en
primer plano las coincidencias programáticas, la unidad de acción política en
respaldo a la solución dialogada, el debate popular sobre las identidades que
emergen desde las prácticas de base y el despliegue de la movilización de masas
consecuente para impulsar una Plataforma por la paz con justicia social, la
democracia y la soberanía con los siguientes puntos básicos:
a) Apoyo
al proceso de diálogo para una solución política.
b)
Conformación de un gobierno democrático pluralista de coalición popular que
asuma la construcción de la paz, la justicia social, la verdad, la justicia y
la reparación a las víctimas.”[2]
c)
Promoción de un nuevo modelo económico y social que incluya reforma agraria
integral, territorial, ambiental; rescate y reforma de la salud y la educación
pública; vivienda y un nuevo régimen laboral.
d)
Iniciativa de una Asamblea Nacional Constituyente.
Actualmente
se desarrolla un proceso de diálogos para poner fin al conflicto armado en
Colombia en el que participa de un lado el gobierno nacional y de otro, la
guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP, que
dialogan desde hace un año en la Habana Cuba, y más recientemente el anuncio
del inicio de diálogos con el Ejército de Liberación Nacional. ELN, en ambos
casos, el gobierno pretende imponer a las guerrillas la tesis de la rendición
militar como única fórmula de solución al conflicto, mientras las guerrillas
proponen la discusión sobre las causas que originaron el conflicto armado, las
cuales persisten en la realidad colombiana. En tal sentido los diálogos aunque
avanzan presentan sobresaltos que amenazan con su ruptura, a lo cual cada vez
se suma el interés del gobierno de Juan Manuel Santos de poner el tema de su
reelección presidencial en la misma vía de mantener los diálogos, o aún, de
exigir a la insurgencia terminar la negociación a ritmo acelerado sin importar
la calidad el contenido y exigiendo nuevamente la desmovilización de la
insurgencia, sin acometer los cambios que la sociedad colombiana reclama
urgentemente, especialmente las transformaciones económicas, políticas y
sociales, que transiten el camino de la justicia social, la democratización y
la derrota de la corrupción y la impunidad.
El
desarrollo de la lucha política, en Colombia ha significado para los
comunistas, fuertes oleadas de represión, persecución y exclusión política, en
este sentido el partido y la militancia comunista, han sido objeto de la más
feroz acción de exterminio fisico a cargo de los grupos paramilitares, las
fuerzas militares y policiales colombianas, además de un régimen político
antidemocrático y excluyente, que niega la posibilidad de real participación
política, en igualdad en condiciones. En los últimos 20 años esta política
criminal y violatoria todos derechos civiles, han significado la eliminación
física del proyecto político denominado Unión Patriótica, movimiento amplio en
el que participaban activamente los militantes comunistas, que desde el año
1986, se propuso como aporte a la paz construir un proyecto democrático con una
plataforma que proponía, paz, desarrollo de la democracia, justicia social,
soberanía, entre otras, esta eliminación significó más de 5000 militantes
asesinados a lo largo y ancho del país entre ese periodo de fundación y el
presente, igualmente centenares de dirigentes fueron desplazados, amenazados,
muchos obligados a exiliarse, y la pérdida de representación legal el
movimiento unión patriótica y el partido comunista para participar en política.
A este genocidio se sumó el de otras corrientes de izquierda como lo fueron a
luchar, el frente popular y otras expresiones sociales y sindicales como la
central unitaria de trabajadores.
Igualmente, la militancia comunista y los
sectores revolucionarios, democráticos y de oposición política en Colombia,
también son sometidos a una serie de prácticas políticas impulsadas por los
gobiernos de derecha, con las cuales se busca, a partir de montajes judiciales
la detención arbitraria, juicios faltos de garantías el encarcelamiento y
desprestigio de dirigentes y organizaciones. Esta es entonces la situación de
centenares de luchadores populares colombianos que se encuentran privados de la
libertad, para los cuales no solamente hay falta de garantías procesales, sino
que además están sometidos a una situación de reclusión en la que se vulneran una
serie de derechos, esto en medio de una situación supremamente grave de crisis
humanitaria que se vive en las cárceles colombianas. En Colombia las cárceles
por cuenta de esta política, son lugares de hacinamiento, en las que los
reclusos tienen que vivir en celdas diseñadas para dos personas y en las cuales
el gobierno ha permitido que en ellas estén hasta 4 y5 reclusos. Esta después la situación en la que
viven centenares de luchadores populares, dirigentes políticos revolucionarios
y prisioneros de guerra, es la situación en la que se encuentran los dirigentes
sociales Huber Ballesteros, líder de la movilización agraria del pasado mes de
agosto, también se encuentra en la misma condición Miguel Angel Bobadilla, ambos
dirigentes de FENSUAGRO, Gil Trujillo
(Sobreviviente de la UP, ex concejal de Rivera, Huila, condenado a 37 años de
cárcel, Carlos Lugo, dirigente social en el depto. de Huila, también se
encuentra detenido el defensor de los derechos humanos directivo del comité
permanente por la defensa de los derechos humanos CPDH Luis Fernandez en el
departamento del Huila por las mismas razones de montaje judicial, Joaquín Pérez Becerra es periodista, director de la Agencia
de Noticias Nueva Colombia, ANNCOL, sobreviviente del genocidio contra la Unión
Patriótica, que por razones de seguridad, se vio obligado a salir del país a
finales del año 93 en calidad de exiliado a Suecia, país que le otorgó la
ciudadanía.
El 23 de abril de 2011
fue detenido por autoridades venezolanas en el Aeropuerto Internacional de
Maiquetía cuando ingresaba a ese país procedente de Alemania, bajo un supuesto
requerimiento de la INTERPOL. El día 25 de abril de 2011, a petición del
Presidente Santos, el gobierno venezolano lo deportó a Colombia, violando sus
derechos como refugiado político.a la lista
se suman muchos otros más hombres y mujeres, luchadores, por la paz, la
justicia social y la democratización del país.
El caso de David Ravelo
David Ravelo,
es militante comunista, además de a sido funcionario público, y concejal del
municipio de Barrancabermeja, puerto petrolero de Colombia, defensor de los
derechos humanos, quien por durante muchos años fundó y dirigió la Corporación
Regional para DEFENSA de los derechos Humanos CREDHOS.
Gracias a
las políticas de delación que han impulsado los últimos gobiernos, David se
encuentra privado de la libertad desde setiembre del año 2010, juzgado y
condenado por homicidio agravado, condena que le fue proferida en diciembre del
año 2012, la cual los abogados de la defensa apelaron, pero dicha apelación fue
resuelta por el tribunal superior de Bucaramanga a comienzos del mes de octubre
del presente año, en la que se ratifica la condena de 18 años de prisión contra
el defensor de Derechos Humanos, a quien se le acusa del crimen de un ex
secretario de despacho del municipio de Barrancabermeja, ocurrido en abril de
1999 por el cual está siendo juzgados otras personas.
Llama la
atención que en el proceso y la condena David Ravelo, se encuentran varias
anomalías, entre ellas que las acusaciones fueron llevadas por el fiscal 22 de
la unidad anti terrorismo William Giraldo Pacheco Granados, este fiscal se
encontraba inhabilitado para ejercer cargo público, por haber sido destituido
en 1991, cuando en su calidad de teniente de la Policía Nacional participó en
la desaparición forzada de un joven de la ciudad de Armenia.
Igualmente
llaman la atención, que a David se le juzgue por sus vínculos con el
paramilitarismo,. Cuando es precisamente David que de manera valerosa desde
hace dos décadas ha denunciado de manera permanente y sistemática la presencia
del paramilitarismo y los crímenes contra la sociedad cometidos por este grupo
en el magdalena medio, en su calidad de
dirigente Comunista y revolucionario, sin embargo, como señala David Ravelo
desde la cárcel “…me están cobrando un trabajo permanente, perseverante en
defensa de las víctimas, mi posición inclaudicable contra la injusticia de las
desigualdades sociales. También están cobrando haber denunciado en el año 2007
al expresidente Álvaro Uribe Vélez cuando a parecía en un video con varios
paramilitares de Barrancabermeja. Este montaje para tratar de silenciar le
viene orquestados desde allí…”
El caso de
David Ravelo, como el que otros centenares de hombres y mujeres que se
encuentran privados de la libertad por el solo, hecho de oponerse a la
imposición de políticas económicas y sociales contrariado de intereses
populares y violatorias de la constitución política colombiana, demanda del
movimiento social y popular nacional e internacional, las reacciones más
decididas en procura, de desenmascarar el autoritarismo las prácticas
antidemocráticas de los gobiernos colombianos, e igualmente demanda de la
comunidad internacional seguimiento a la situación de la población carcelaria,
y particularmente de las condiciones en las que se encuentran cerca de 9000
luchadores sociales y populares e revolucionarios colombianos.
El partido
comunista colombiano, agradece a los organizadores de este importante
seminario, haber acogido la causa por la libertad del dirigente comunista y
defensor de los derechos humanos David Ravelo Crespo, exhortamos a los
participantes de esta jornada a vincularse a la campaña por la libertad, el respeto
de las garantías procesales y el mejoramiento de las condiciones de reclusión
de los presos y prisioneras políticas en Colombia.
Muchas
gracias,
Bogotá, 27
de octubre 2013
version en ingles: http://hojasuelta0.blogspot.com/2013/11/colombia-ideological-disputed-by.html
[1] Declaración
política XXI congreso del PCC, Bogotá, 19 al 22 de julio de 2012.
[2]
Pleno comité central del partido comunista colombiano mayo 2013
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