Nadie nació aprendido,
y para aprender a leer y escribir
fueron necesarias varias lecciones de paciente pedagogía
La coyuntura política por la que atraviesa Colombia, exige que desde las organizaciones sociales y del movimiento popular se intensifiquen distintas formas que contribuyan a elevar el nivel de convocatoria, movilización y crecimiento del movimiento en favor de favorecer las transformaciones que la sociedad colombiana requiere para la consolidación de La Paz.
La pedagogía, la educación para la paz, y la educación popular, son como siempre, herramientas que deben ser intensificadas en este momento político para permitir que este momento en el que se han elevado el nivel de movilización ciudadana, reaccionando, por lo que ha sido un evidente sabotaje de las élites, clases políticas, sector empresarial, y mafias de la corrupción y la contratación han convertido, en contra del trámite de la discusión de las reformas promovidas por el gobierno del cambio.
Sin embargo y como lo enseñan las experiencias recientes, este importante nivel de movilización como el que se expresó el 1° de mayo y en días anteriores, en apoyo a la consulta popular y al gobierno progresista, podría cambiar, si no tenemos en cuenta las lecciones del pasado, baste recordar el adverso resultado al pueblo y a la paz obtenido en el plebiscito por la paz del 2 de octubre del año 2016, y en el mismo sentido, la consulta contra la corrupción convocado en el año 2018 no alcanzó el umbral el 33% de la votación lo que hizo que esta oportunidad también fracasar a la iniciativa.
Está negativa del electorado a respaldar temas que son de su competencia e interés, nos deja al menos tres lecciones importantes: Uno, es necesario fortalecer el ejercicio organizativo y de pedagogía para que la ciudadanía incorpore como propios temas que siendo de su interés, los veía bastante distantes de su materialización e interés cotidiano. Dos, el exceso de confianza - triunfalismo, de algunos sectores del movimiento social y popular, lleva a que se baje la guardia y se parte del supuesto de que la gente está presta a la participación para ejercer su derecho establecido en la Constitución de ser poder constituyente. Tres, para ganar la voluntad popular sobre un tema, es necesario desarrollar múltiples formas de la pedagogía, esto traducido en jornadas de movilización en calle, realización de juegos populares que motiven la participación para comprender el sentido de lo que se consulta y la necesidad de participar en el ejercicio, asimismo, una estrategia de visita casa a casa, y por supuesto apelar a todas las formas de comunicación audiovisual, artística, gráfica, mediática, que sea posible. Mostrar contra quién luchamos, evidenciar contra qué luchamos y tener en cuenta que es necesario, desmontar el dispositivo mental que inculcaron las clases dominantes y el empresariado desde hace muchos años, haciéndonos creer que “teníamos mucho”, y con ello justificar el desmonte de derechos fundamentales y llevarnos a la precarización laboral, y al aumento de la pobreza y exclusión de las grande s mayorías.
Esto para poder contrarrestar la nefasta acción de los grandes medios de comunicación que claramente se colocan de favor de los empresarios, y de las élites corruptas, que de seguro impulsarán a través de ellos toda la capacidad de desinformación, campañas de miedo y manipulación mediática, para apostarle a la estrategia de la abstención, para que la consulta que favorece los intereses populares no pase el umbral y sea derrotada.
Está insistente apelación a la pedagogía, está apoyada en la idea, el auge de la movilización de los últimos años tiene que ser complementado con un fuerte proceso de formación política e ideológica, para que esa movilización que ha sido importante en los últimos 15 años se traduzca en un poder popular capaz de comprender, la importancia de participar y mayoritariamente en el proceso electoral, que logre en las elecciones parlamentarias del 2026 elegir una bancada mayoritaria que favorezca la discusión y aprobación de las transformaciones de la gente reclama en las movilizaciones, al mismo tiempo que logre la continuidad del proyecto progresista en el gobierno, y cerrar el paso a la protección de las élites corruptas de recuperar el poder político y desde allí, revertir los pocos avances del gobierno popular que ellos no pudieron detener.
De esta manera, una tarea de las organizaciones sociales, sindicales, políticas y alternativas, es al mismo tiempo que se promueve el activismo en la convocatoria a procesos de movilización, se debe impulsar de procesos de formación de multiplicadores, que promuevan ejercicios de pedagogía popular en calle, a esta tarea, hay que dedicar un equipo responsable, así como, la asignación de recursos humanos y económicos. La gente necesita comprender las razones que motivan la promoción de la continuidad del proyecto transformador forjado al calor de la lucha popular, al tiempo que comprenda los importantes logros obtenidos por el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez.
La tarea del momento, es obtener una amplia participación del pueblo colombiano en la nueva consulta popular que será radicada de nuevo por el gobierno del cambio, se requiere que 14 millones de colombianas y colombianas salgan a votar y de esos votantes al menos 7 millones voten SI, a cada de las 16 preguntas. También es importante defender los logros del gobierno del cambio y preparar las condiciones para ganar las elecciones del 2026.
Un objetivo principal de este proceso pedagógico, aparte de ayudar a la comprensión del momento político, es el de fortalecer el proceso de organización de las comunidades que no lo están, y sumar fuerzas permanentes, en favor de las transformaciones sociales y políticas que requiere el país, este proceso debe expresarse en las movilizaciones multicolores que deben seguir promoviendo, tanto con la agenda política, como con la agenda de las problemáticas locales y sectoriales de las comunidades tienen hoy.
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