Por: Alfonso Castillo Garzón
Defensor de los Derechos Humanos
Merecedora de los más altos galardones literarios en la
categoría de novela insólita se puede catalogar todo este tema que gira
alrededor de las 16 curules para la paz, qué son parte de lo establecido hace
ya 5 años, en el acuerdo final de paz, suscrito entre el gobierno colombiano y
la extinta guerrilla de las FARC-EP.

https://www.ambitojuridico.com/sites/default/files/inline-images/16circunscripcionesespecialesdepaz-2021.jpg
Y es que no se puede denominar de otra manera, el largo y
absurdo camino que han tenido qué trasegar las víctimas y sus organizaciones
para poder ver materializada la posibilidad
que comunidades y víctimas de las regiones más golpeadas por el
conflicto armado durante décadas en Colombia, pueden tener la posibilidad de
elegir a quienes le representen en el congreso de la república y desde allí
poder participar en el impulso de iniciativas y debates que permitan
visibilizar la situación de atraso que viven estas regiones, al mismo tiempo
que se puedan hacer todas las gestiones posibles para garantizar la
implementación real del acuerdo final de paz.
Entre los obstáculos más destacados, se puede mencionar en todo
caso la negativa del presidente Juan Manuel Santos para aprovechar el
procedimiento rápido del fast track para reglamentar la elección de estas
curules, posteriormente todos los ataques que han provenido desde el propio
gobierno de Iván Duque que con su partido de gobierno, han decidido declararle
la guerra a la implementación del acuerdo final de paz, entre ellas las
curules, por eso no fue posible durante mucho tiempo y con distintas
objeciones, impedimentos, recusaciones y aún demandas, que en el congreso de la
república se reglamentara dicha elección, hasta que finalmente y por una orden
de la corte constitucional, el congreso se vio obligado a discutir el acto
legislativo 02 de 2021 que las creaba, hasta que fuera enviado al
presidente para su respectiva sanción,
la cual se llevó a cabo el día 25 de agosto del 2021 en la cual inició su
proceso de reglamentación que culmina el 5 de octubre de 2021 a través del
decreto 1207 de la presidencia de la república, con la cual el presidente Iván
Duque y los sectores que han saboteado la implementación del acuerdo de paz,
pretenden instalar a algunas personas, haciéndolas
pasar como víctimas del conflicto armado, para que a través del congreso de la
república se sigan desarrollando acciones para impedir totalmente la
implementación del mismo.
De esta manera se ha conocido qué se inscribieron como
candidatos a través de las curules para la paz, personas que claramente
contradicen el espíritu inicial establecido en el acuerdo final de paz, de que
estás curules fueran para personas víctimas del conflicto en aquellas regiones
fuertemente golpeadas por el mismo. Así entonces, se conoce que se inscribieron
como candidatos y candidatas personas con fuertes vínculos con clanes políticos
como los Geneco en los departamentos de cesar y Guajira estrechamente ligados
con la corrupción, clientelismo, la para política y la política ejercida como un negocio familiar
para lucrarse y acrecentar el poderío social, político y económico de algunos
grupos ligado a las elites que siempre han gobernado en el país.
Igualmente estás curules han pretendido ser tomadas por los
partidos políticos que han intentado generar “alianzas y acuerdos” entre los
candidatos a las curules para la paz y los candidatos a las curules ordinarias,
tanto de senado como de cámara, dado que los habitantes en los territorios de
las circunscripciones especiales para la paz, pueden votar tanto por las
curules especiales, como por las curules de la circunscripción ordinaria. Esto
entre otras cosas, asaltando el interés de tener unas candidaturas auténticas
de las víctimas del conflicto armado, para que ellas ejercieran un liderazgo y
pudieran llevar la vocería de sus comunidades al congreso de la república.
Haciendo un rápido seguimiento algunas de esas candidaturas, se
encuentran en ellas, personas que han estado vinculadas e incluso condenadas
por malas prácticas políticas vinculadas a la corrupción, incluso con sanciones
y prohibiciones impuestas por la Procuraduría General de la Nación, así mismo,
algunas de esas candidaturas están ejercida por personas procesadas penalmente,
incluso hay entre esas candidaturas familiares de personas que hoy ejercen
importantes cargos en el Estado y/o en corporaciones de elección popular. También hay entre las
candidaturas a las curules para la paz, personas que claramente han ostentado
una acción política en contra de los acuerdos de paz y han participado
abiertamente en todo el ejercicio de “hacer trizas” los acuerdos de paz,
claramente contrario el espíritu mismo de esas curules. Y por supuesto, hay
entre las candidaturas a las curules para la paz, herederos y personas con
estrechos vínculos con el paramilitarismo especialmente en la costa Caribe
colombiana. Igualmente, el diario El espectador ha publicado otros nombres que
también aparecen señalados con nexos con el paramilitarismo "... a estas circunscripciones aspira Alicia Monroy, esposa de
Melecio Cendales, un político tradicional del sur de Bolívar que le hizo
campaña al No en el plebiscito refrendatario del Acuerdo de Paz y que tiene
algunos episodios en el pasado en que a tiros defiende sus posiciones políticas
o económicas. El otro caso registrado por este diario es el de Anacelis
Pallares, quien hace campaña en llave con Dionisio Maury, otro político
tradicional cuya particularidad son los vínculos con el Partido Conservador y
específicamente con el gobernador Vicentico Blel, hijo de un reconocido
parapolítico de Cartagena. Ni que decir de la cabeza de lista del Centro
Democrático a la Cámara de Representantes por Meta. Se trata de Humberto Gaitán
García, hijo de Reinel Gaitán Tangarife, alias el Gurre, un conocido
narcotraficante llanero cuyos lazos conducen al Loco Barrera." [1]
Quizá el caso más preocupante, pero no el único, ampliamente
difundido a través de los medios masivos de comunicación, del hijo del temido
comandante de las autodefensas en el bloque caribe "Jorge 40", Jorge
Rodrigo Tovar, que otras cosas no ha respondido en la justicia colombiana por
ninguno de los atroces crímenes cometidos contra las comunidades en diversas
regiones del país, razón por la cual no deja de ser inquietante su candidatura
y la pretensión de acceder a una de esas curules en la circunscripción especial
para la paz número 12, que justamente corresponde a los territorios donde su
padre, ejerció una acción militar de control del territorio, por vía de la
violencia política y social, además de ostentar una importante influencia
económica que aún hoy se mantiene.
Con mucha justeza varias organizaciones entre las que se
encuentra el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, entre
otras, así como, también el senador Sanguino, han solicitado al Consejo
Nacional Electoral, revocar la inscripción de la candidatura del Jorge Rodrigo
Tovar, por considerarla que ella es una ofensa y un hecho de revictimización a
las miles de víctimas del accionar criminal del jefe paramilitar “Jorge 40”, quien,
entre otras cosas aún tiene pendiente con la justicia colombiana esclarecer su
participación y responsabilidad en estos hechos, cómo proceder a la reparación
de estas familias y comunidades afectadas por sus prácticas criminales. De esta
manera, la candidatura de su hijo, resulta cuando menos improcedente moral y
políticamente, y aunque no existen “crímenes de sangre”, precisamente en este
caso particular, cuando no habido, ni se conoce pronunciamiento alguno de Jorge
Rodrigo Tovar, condenando o rechazando este tipo de acciones e incluso se ha
sabido que ha saludado sus acciones criminales, no resulta entonces consecuente
con el ánimo de la construcción de la paz, que una parte importante del país
está anhelando y para lo cual las curules podrían ser un instrumento en esa
vía.
Por eso y tal y como lo ha señalado el Consejo Nacional
Electoral es necesario investigar a fondo,
cuáles son los hechos que lo acreditan como víctima y de qué manera se certifica
la condición e inscripción en el Registro Único de Víctimas, de Jorge Rodrigo
Tovar, así como, cuál es la trayectoria en el trabajo con los derechos de las
víctimas de la organización ( Asociación Paz es Vida, PA-VIDA ) a través de la
cual se avala su candidatura, el departamento de César.
Finalmente, es bueno señalar qué tal y como se ha configurado
todo este escenario para la elección de las curules para la paz, son parte del
entramado de sabotaje e impedimento que desde el propio gobierno de Iván Duque
se ha impuesto para que ellas no queden en manos de víctimas que lleguen al
congreso a exigir los compromisos gubernamentales por el establecimiento de una
pazque conlleve trasformaciones profundas de las comunidades y sus habitantes, tal
como lo establecido en el acuerdo final de paz, baste mencionar un solo ejemplo.
Las campañas de los candidatos y candidatas a las curules como lo establecido
en la normatividad, van a ser financiadas por el estado y no se permite gastos
de los candidatos con recursos particulares, pero faltando 40 días para la elección,
aún el gobierno no ha desembolsado ni un solo peso, lo que en la práctica
impide que muchas de las candidaturas puedan ser promovidas, ni los candidatos
realizar las giras de promoción de su candidatura, en territorios rurales
muchas veces distantes unos de otros, porque precisamente están ubicados en una
geografía rural, que no tiene buenas vías de acceso, ni transporte público
suficiente, lo que en la práctica constituye un sabotaje a que las candidaturas
de las víctimas, generalmente pertenecientes a organizaciones humildes, puedan
ejercer su derecho a la elección para acceder a estas curules.
No obstante, llamar desde esta columna, a quiénes como parte
de una permanente y valiente lucha por la construcción de la paz desde los
territorios, en defensa de los derechos de las víctimas, en medio de las pocas
garantías para el desarrollo de la campaña y aún de las ineficaces garantías
para la protección de la vida, sigan tratando de conquistar el voto de
comunidades qué siempre han querido el establecimiento de la paz, cada curul
ganada en favor de la paz, se constituye en un paso adelante, para derrotar a
quienes pretenden seguir sumergiendo al país en la guerra, el dolor y la
generación de nuevas víctimas.
Bogotá, 2 de
febrero de 2022
[1] El Espectador. ABORDAJE A LAS CURULES PARA LAS VÍCTIMAS.
Por: Alfredo Molano Jimeno El Espectador 18/1/2022
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