Apoyo irrestricto al
proceso de paz con justicia social
POR: ALFONSO CASTILLO
GARZON
Defensor de Derechos
Humanos.
Una vez definidos los
candidatos que pasan a la segunda vuelta electoral para elegir Presidente de
Colombia entre la dupla que guerrerista Zuluaga – Uribe y la mezquina propuesta
de paz impulsada por el también reaccionario Juan Manuel Santos, la izquierda
democrática y revolucionaria tienen que considerar que los dos candidatos
representan maneras distintas de imponer un único proyecto social político y
económico, en ambas propuestas la guerra y el modelo neoliberal, juega un papel
central.
Sin embargo el sector
representado por Juan Manuel Santos vocero de las clases dominantes vinculadas
a los grupos financieros, ha optado por buscar una fórmula de poner fin al
conflicto armado a partir de un timorato
proceso de diálogos con las FARC-EP , que reduce la paz al fin de la
lucha armada. En tal sentido el papel de la izquierda revolucionaria no puede
ser distinto a la de profundizar las fracturas al interior de la cúpula de
poder.
papel de la
izquierda es continuar impulsando la solución política negociada, considerando que la paz no se logra con la
terminación del conflicto armado, la paz que se requiere y necesita, debe entre
otras circunstancias, discutir aspectos relativos al modelo de desarrollo
económico, la soberanía nacional, la
renegociación de los Tratados de Libre Comercio, la superación de la impunidad
de los crímenes cometidos por agentes estatales y paraestatales contra la sociedad colombiana, la creación de
un marco normativo que permita garantizar los derechos de las víctimas del
conflicto armado. La paz que se requieren se
debe discutir sobre la reforma que garantice el derecho a la salud y la
educación pública, universal y gratuita, se debe replantear el modelo de
locomotora minero energética, respeto a
la protección del medio ambiente, abrir los canales para la discusión amplia
con toda la sociedad colombiana de los términos de una asamblea nacional
constituyente, discutir igualmente la necesidad de una reforma la justicia, así
como, las garantías democráticas de participación, reforma al sistema electoral
y acceso a los medios masivos de comunicación de todas la opciones políticas,
entre otras garantías a la oposición, establecer una comisión de la verdad y
esclarecimiento de las causas que originaron el conflicto, terminar la práctica
de criminalización de la protesta social, así como, los montajes judiciales
contra líderes sociales y procesos comunitarios que luchan por el
restablecimiento de los derechos vulnerados y la creación de una sociedad con
plena vigencia los derechos humanos, desarrollo de una política de generación
del empleo estable y bien remunerado, la
paz que se reclama debe incorporar una amplia agenda social, que permita dar
trámite y solución a graves problemáticas sociales y económicas que tiene la
sociedad colombiana.
Por tal razón el próximo
15 de junio ante la segunda vuelta presidencial, es necesaria rechazar la candidatura que propone el
guerrerismo fascista, que encarna el
candidato Zuluaga –Uribe y continuar respaldando la opción que en medio de las circunstancias,
abre una pequeña oportunidad al mantener el proceso iniciado con la guerrilla de las FARC -EP, al
cual debe exigírsele se amplíen para que se vinculen las guerrillas del
Ejército Liberación Nacional y el Ejército Popular de Liberación, igualmente
exigiendo que estos procesos se adelanten bajo la condición de cese bilateral
de fuegos y hostilidades, así, mismo como exigir la renuncia del ministro de
guerra Juan Carlos Pinzon, y la
exigencia para que la refrendación de los acuerdos logrados con la sugerencia
en la mesa de diálogos, sea ratificado a través de un mecanismo constituyente.
El papel de la izquierda
revolucionaria y los sectores populares, en este marco es, continuar la
construcción del frente amplio por la paz, impulsar la movilización social,
construir la unidad más amplia en torno a estos propósitos. La tarea es
continuar potenciando los importantes resultados obtenidos por la alianza Polo
Democrático y Unión Patriótica en las elecciones del 25 de mayo,
particularmente en Bogotá, y preparar al conjunto del movimiento social, popular
y democrático para los procesos electorales que se desarrollarán en el segundo
semestre del año 2015 que permitan consolidar este potencial, recuperando y
afianzando los poderes locales, territoriales, en consejos municipales,
asambleas departamentales, alcaldías municipales y gobernaciones
departamentales.
El papel es continuar
apoyando la búsqueda de Paz con justicia social, preparando la movilización
popular y organizando la lucha contra las políticas que surgen desde el
gobierno desconocen los derechos sociales e imponen el modelo criminal de
guerra y neoliberalismo.
Bogotá, 31 de mayo de
2014.
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