UNP,
CONTINUIDAD DEL DAS?
Por: Alfonso Castillo Garzón
Defensor
de derechos Humanos
Los recientes
escándalos de corrupción al interior de la Unidad Nacional de Protección (UNP),
no sorprendieron, al menos NO a quienes de tiempo atrás hemos venido señalando
las preocupaciones de haber creado una entidad encargada de la protección de
personas amenazadas por causa del conflicto, sin que se hubiese hecho a respectiva
depuración del antiguo DAS, organismo que se tuvo que desintegrar, por
practicas de corrupción y criminalidad al servicio del Paramilitarismo, al
menos por parte de su equipo directivo.
Luego entonces, no hay
sorpresa, pero si mucha preocupación, las denuncias señalan que altos
funcionarios de la UNP “Cobraban dineros a los contratistas para agilizar pagos
de facturas”, y esto sucede, mientras el director de la entidad Andres
Villamizar no ahorra esfuerzos para desmontar la protección al lideres sociales
y defensores de los Derechos Humanos, para ello ha realizado seguimientos
ilegales, se ha valido de artimañas para justificar el retiro de esquemas de
protección alegando “ Mal uso”, por parte de los “beneficiarios” del programa.
Adicional a esta
situación la entidad ha dado muestras, en sus cortos años de existencia, de
tremenda ineficacia e incompetencia para cumplir con su obligación de proteger
a las victimas del conflicto entre estas fallas las frecuentes se identifican
las siguientes:
·
Demora
de hasta seis meses en estudios de riesgo.
·
Implementación
tardía de medidas de protección.
·
Retraso
de hasta 5 meses en los pagos de auxilios de transporte.
·
Recorte
gradual de los montos destinados a la protección (combustible, planes telefónicos,
etc).
·
Contratación
de vehículos inadecuados para la protección.
·
Adopción
de medidas de protección sin atender el requerimiento de enfoque diferencial de
grupos poblacionales o de género.
·
Atraso
en el rembolso por pago de peajes.
Estas “irregularidades”,
a lo mejor no lo son, si no que ellas hacen parte de la cadena de corrupción,
que tal vez pueda estar enquistada al interior de esta entidad que cuenta con
una nomina gigantesca, muchos de los cuales provienen del antiguo DAS.
Y por tratarse de protección
a personas y grupos de especial protección constitucional, conviene
preguntarse, si al interior de ella, fueron erradicadas practicas criminales como
por ejemplo vender información de personas protegidas, a grupos criminales como
sucedió en el antiguo DAS.
Finalmente, preguntar
al Gobierno cual es su política de prevención del riesgo a lideres sociales,
reclamantes de tierra, y defensores de derechos humanos, porque con lo hasta ahora
visto, quedan más preguntas que certezas, entre esas dudas que presenta la entidad se constatan estas:
·
La
UNP no actúa con eficacia frente a la tarea de protección.
·
No
se conoce plan institucional para el desmonte del paramilitarismo.
·
No
hay compromiso del gobierno para asegurar los recursos financieros que se
requieren para sostener el programa de protección.
·
La
impunidad sigue en proporción del 98% de asesinatos y amenazas contra grupos de
especial protección.
Así las cosas, exigir al
Gobierno y en particular al Doctor Andres Villamizar, Director de la UNP, cesar
la hostilidad y negligencia para con las personas y colectivos objeto de la
acción de la UNP y dedicarse a depurar la institución a su cargo, librándola de
la corrupción, el clientelismo y la politiquería, solo ello puede hacer posible
que se recupere la confianza en la institución y se da un mensaje contundente a
quienes dialogan con el gobierno para poner fin al conflicto.
Septiembre 5 de 2014
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