jueves, 15 de noviembre de 2018

Espíritu de partido dónde estás?


Resultado de imagen para partido comunista colombiano 

Alfonso Castillo
Militante Comunista
Comité distrital del Partido Comunista Colombiano
Regional Mario Upegui  Hurtado


Quiero a través de esta breve reflexión, compartir algunas preocupaciones que me asisten por estos días en torno a lo que algunos camaradas llaman “los problemas internos”, que no son pocos, ni sin importancia y obligan a una franca discusión política-ideológica, entre los militantes del partido, con el ánimo de superar una compleja realidad muy perjudicial para la vida partidaria, como lo es que “La dirección del partido va por un lado y la militancia por otro”. Es entonces claro que hay un problema de identidad.

Con bastante frecuencia se escucha en reuniones partidarias, intervenciones categóricas sobre la crisis organizativa e ideológica de nuestro partido, no obstante, siendo cierta tal afirmación, el planteamiento se queda en reflexiones académicas y no logra trascender la cotidianidad militante y en especial la vida partidaria desde cada una de nuestras células. Partimos entonces por reconocer que lo que actualmente se vive en el partido comunista en Bogotá es una crisis de carácter ideológico-orgánica, que por supuesto tiene como responsable a la actual dirección política, pero qué tal responsabilidad también es compartida a cada uno de los células y militantes del partido.


Esta realidad nos obliga entonces a plantear una discusión franca y categórica tal y como acostumbran los comunistas para enfrentar y buscar alternativas a problemas agudos, y en este caso particular la crisis por la que se atraviesa, tiene múltiples artistas y seguramente muchas fuentes que la generan y en este sentido muchas posibles rutas para transitar en la vía de buscar las soluciones y alternativas al problema. Quisiera entonces sugerir algunas preguntas que deben ser parte del debate colectivo y a partir de cada una de nuestras células, comprometernos en la construcción de alternativas para convertirnos de nuevo en el proyecto Revolucionario que la sociedad colombiana requiere.

1.            Tenemos la suficiente Claridad para reconocer lo que hoy significa ser militante de un partido revolucionario y el desafío que esto significa para una ciudad como Bogotá? Esta pregunta Entonces nos lleva a la cuestión, si él sólo llamarnos comunistas, nos convierte en revolucionarios? Más aún, ser parte de una célula tampoco resuelve la cuestión, ni mucho menos, lo que se haya hecho en épocas pasadas, como sucede en muchos casos en el que se pretende vivir de las gloriosas épocas en las que se desarrollaban acciones audaces, para desafiar al gobierno y a sus políticas, pero ahora se persiste en una actitud pasiva y contemplativa de los fenómenos que afectan a la comunidad.

La militancia comunista implica aceptar el reto de transformar la realidad a partir de un análisis concreto de la situación que se vive, y a partir de ello organizar a la gente afectada por esta situación y desde allí formar una conciencia crítica, para impulsarla  movilización en torno a la reivindicaciones construidas con los y las afectadas, y ganar en ese proceso las mejores personas para el fortalecimiento de la lucha política y continuar el trabajo desde nuevos escenarios que siempre están planteándose en una sociedad capitalista y autoritaria como lo es la nuestra.


2.            Hace falta evaluar hasta qué punto nuestra militancia desde una célula se corresponde a los requerimientos que la coyuntura política exige? y como ésta se corresponde con nuestro objetivo estratégico de la derrota del modelo capitalista y la toma del poder para las transformaciones revolucionarias?

Valga decir, si la célula donde militamos actúa como un escenario vivo desde el cual se analiza la realidad y su entorno social, político, cultural, económico, entre otros, y si a partir de ese análisis, se planifica colectivamente el trabajo de cada militante en torno a la actividad de organizar y movilizar las masas? En este punto es importante preguntarse Cuál es el vínculo de la célula con el pueblo, sus problemas y sus luchas?

3.            Sobre los principios leninistas de organización, vale empezar un ejercicio autocrítico, porque pasa que muchas veces estamos pendiente de ver cómo se exige a otros militantes su cumplimiento, pero no observamos hasta donde cada uno de nosotros y nosotras, los cumple adecuadamente y más aún, conviene pensar en nuestro contexto, qué tanto son prácticos estos o sí hace falta una revaluación de los mismos y ponerlos en clave de posibilidades ciertas para su implementación y cumplimiento cabal? Pero en todo caso hace falta que cada militante haga un ejercicio práctico de apropiación de estas guías políticas para nuestro trabajo político.

4.            Otro aspecto importante en la ruta de superación de nuestra crisis ideológico-orgánica,  debe ser el fortalecimiento de la formación ideológica y política de cada uno de nuestros militantes, para ello es necesario que las direcciones políticas deben fortalecer la oferta educativa, que distinga a la educación coyuntural y de masas, con la formación filosófica y política. Esta última, es requisito indispensable para que militantes comunistas puedan ser avalados para cargos de representación electoral o gremial, así como para asumir responsabilidades al interior del partido.

5.            Compromiso militante no es otra cosa que tener actitud y disposición para abrazar colectivamente la lucha en favor y con los oprimidos, para ganar las transformaciones revolucionarias que la sociedad requiere. Hace falta que esté compromiso que se asume como partido, sea entendido por cada militante como el acatamiento de una “obligación” que en todo caso es consciente y que no es otra cosa que el fiel cumplimiento y respeto de del programa de lucha, la línea política y los estatutos, los cuales hemos construido colectivamente en un ejercicio democrático, este acatamiento es la forma en que se asumen nuestra práctica Revolucionaria de manera sistemática lo cual no suponen ningún caso abandono de una postura crítica. La militancia en el partido comunista es un escenario de debate y construcción colectiva, no obstante hay unos principios que no pueden perderse de perspectiva, discutimos nuestro proyecto y una vez aprobado, salimos a desarrollarlo conjuntamente, sin vacilación o consideraciones particulares o interpretaciones parciales.

6.            Otro aspecto de nuestra preocupación, es el abandono del principio de la dirección colectiva, lo cual ha favorecido el individualismo y en todo caso ha dejado el desarrollo de nuestras tareas y prioridades, en el escenario del activismo, la improvisación y aun, facilitando comportamientos oportunistas entre nosotros y nosotras.

            Lo gravé de esta práctica, es que al final el partido se desdibuja políticamente por el actuar errático de sus integrantes y en muchas ocasiones sumergen al partido en discusiones internas e improductivas, restando espacio y tiempo a lo verdaderamente importante, la conducción política de la lucha de masas. El abandono del principio de la dirección colectiva es lo que ha llevado a la mala práctica militante de creer que las organizaciones gremiales donde decimos o tenemos incidencia, o las posiciones políticas obtenidas con el esfuerzo colectivo terminan convertidas en patrimonios particulares e individuales, lo que ha llevado a forjar caudillismos, que son malsanos para nuestro espíritu revolucionario.

8.            Se ha perdido la mística revolucionario o el fervor revolucionario? Es lo que se dice generalmente y seguramente la respuesta a este interrogante es muy compleja, pero en todo caso conviene que de cuando en cuando, nos hagamos la pregunta, para resignificar nuestro compromiso como revolucionarios y como este compromiso es consecuente con nuestras prácticas y nuestras luchas. Es entonces importante que tengamos presente que el espíritu revolucionario sigue siendo hoy por hoy, mantener la capacidad de disponer nuestra lucha para ser capaces de derrotar el capitalismo, cada vez más voraz y cada vez más ávido de quitar las pocas conquistas alcanzadas por la lucha de los pueblos históricamente.

9.            En Todo caso es importante que en medio de esta reflexión, recordemos que como parte de nuestro ejercicio revolucionario, debemos plantearnos el debate por la necesaria renovación en nuestro partido, ahora bien, esta renovación no está limitada a la necesaria y a importante relevo generacional que tanta falta nos está haciendo. La renovación también debe suponer, una revisión por nuestro discurso, nuestros métodos de trabajo, nuestras prácticas y sobre todo la necesidad de apropiar de manera más adecuada los desarrollos políticos e ideológicos que impliquen la adaptación frente a fenómenos y cambios de actitud, como por ejemplo, la necesidad de superar el patriarcalismo al interior de nuestro partido o la necesidad de saber conjugar la relación entre partido y movimiento social, todo lo anterior sin descuidar, ni perder de perspectiva que frente al capitalismo, una guía para nuestra acción es la vitalización de nuestra práctica desde una perspectiva de la lucha de clases.

Resultado de imagen para partido comunista colombiano Estas consideraciones me atrevido a plantearlas, porque observó en el comportamiento de muchos militantes, una actitud pasiva y expectante, sin iniciativa política, prácticas que no se compadecen con la época histórica que se vivimos o la coyuntura específica, donde se demanda de cada militante revolucionario una actitud proactiva. No es el momento de esperar a ver qué pasa, tampoco es momento para quedarse rumiando los problemas domésticos, la coyuntura política, llena de oportunidades para la lucha, está esperando hombres y mujeres capaces de tomar la iniciativa y hacer propuestas organizativas y de movilización, que permitan entre otras, las conquistas para las comunidades, pero al mismo tiempo también, un crecimiento de nuestro partido tanto cualitativa como cuantitativamente.


Bogotá 15 de noviembre de 2018

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